En
el verano de 1938, Jorge Rodríguez, un inmigrante llegado a principios
de 1900, y afincado en Quilmes en 1930, realizó una hazaña inédita para
la época: Unir Quilmes con Santiago de Chile, ¡EN BICICLETA! Fue una
proeza que asombró a todo el país. Y lo llamaron "El Cóndor de la
bicicleta"
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